La apatía es un déficit persistente de la motivaciónque se caracteriza por una pérdida de interés general de realizar actividades con las personas del entorno. También puede identificarse con una carencia de iniciativa o de motivación o el llamado “aplanamiento emocional”, que supone una indiferencia ante cualquier tipo de estímulo.
La apatía suele afectar a las personas mayores, que ante la cada vez más difícil tarea de socializar o realizar actividades, pueden pasar a un estado de indiferencia e inactividad.
Sin embargo, hay que tener cuidado de no confundir apatía con depresión, ya que la pérdida de respuesta emocional de la primera no va acompañada de la tristeza, sensación de soledad o angustia que sí está en la segunda.
Eso sí, la apatía puede ser un síntoma de la depresión, pero no es un hecho íntegramente relacionado: una persona apática puede que no padezca depresión y viceversa.
Expertos en el ámbito sociosanitario han explicado que el desencadenante de la apatía puede deberse a alteraciones neuroquímicas o estructurales en el cerebro y puede manifestarse con criterios clínicos propios o como un síntoma dentro de otros síndromes (demencia, depresión, trastornos psiquiátricos, Parkinson…).
De hecho, cuando es un síntoma de otro síndrome como la demencia, tiene una alta prevalencia según avanza el deterioro por lo que es clave abordarla para evitar que haga que la enfermedad evoluciones más rápidamente.
Dña. Ainara Castaños, neuropsicóloga en Igurco Servicios Sociosanitarios, indica que algunas recomendaciones para hacer frente a la apatía en las personas mayores incluyen:
Estimular la participación en actividades que le resultara agradable anteriormente y sea fácil de realizar, ayudarle a iniciarla y dejar que continúe.
1). Fomentar sus relaciones sociales y la conexión con el entorno.
2). Evita hacer comentarios continuos sobre su falta de actividad y criticarle por su pérdida de interés e iniciativa.
3). Si empieza una tarea y no la termina, no criticarle.
4). Felicitarle por lo que ha hecho e incluso simplemente por intentarlo.
5). Pedir su colaboración en algunas tareas pero sin llegar a ponerle nervioso. El nivel de exigencia debe empezar siendo muy bajo e ir aumentando poco a poco hasta llegar al nivel de actividad que tolere mejor.
6). No juzgar por su falta de afecto, por su despreocupación ante los problemas, etc. La persona no tiene la culpa, es la enfermedad la que le impide ser como antes.
Las caídas son una de las principales amenazas para la salud de las personas mayores. De hecho, diversos estudios han demostrado que las caídas disminuyen muy significativamente la esperanza y calidad de vida de las personas de edad avanzada.
Por este motivo, investigadores han llevado a cabo un estudio con personas mayores donde han observado los resultados de la realización normal de ejercicio físico en cinta de correr con la combinación de esta práctica y el uso de realidad virtual no inmersiva.
Esta realidad virtual consiste en mostrar imágenes con obstáculos de la vida real que el corredor debe sortear mientras se observan y graban sus movimientos y reacciones.
Una vez pasado unos meses de este entrenamiento, los resultados han sido muy relevantes. De hecho, los ancianos que estuvieron entrenando con la proyección virtual tuvieron menos caídas que los que sólo estuvieron corriendo. De ellos, los mayores beneficiados fueron los pacientes con párkinson, demencia, o deterioro cognitivo leve, ya que éstos vieron sus habilidades cognitivas y motoras considerablemente mejoradas.
Esta investigación pone de relieve cómo el ejercicio físico, a pesar de ser beneficioso para las personas mayores, puede ser mucho más efectivo si durante su realización se incluyen elementos que activen la atención cognitiva.
Uno de los aspectos que más influyen de manera negativa en la calidad de vida de las personas mayores es el trastorno del estado de ánimo. Actualmente su prevalencia se sitúa en torno a un 31% de la población y que se traduce en más de 300.000 personas afectadas en una sola ciudad.
De hecho, el índice de personas mayores con trastornos del estado de ánimo se ha incrementado en los últimos años influenciado por el hecho de que cada vez hay más personas que viven solas y que carecen de interacción social alguna. Esta soledad desemboca en depresión en un alto grado de los casos, hasta el punto de que más de un 25% de personas mayores de 70 años están tomando antidepresivos. Un tanto por cierto que, si se continúa con esta tendencia y dado el envejecimiento progresivo de la población mundial, se incrementará en los próximos años.
Para hacer frente a esta situación tan alarmante, los profesionales recomiendan, sobre todo, prevención mediante terapias que no requieran necesariamente el uso de medicación.
Entre las alternativas no farmacológicas que más éxito están teniendo está la musicoterapia o, lo que es lo mismo, el uso de la música como disciplina terapéutica para el cuidado de la salud. Sin embargo, para que esta disciplina realmente tenga éxito en las personas mayores y ayude a mejorar sus estados de ánimo sin efectos adversos, ha de llevarla a cabo profesionales formados y que posean competencias clínicas y musicales.
Entre los beneficios que un programa de musicoterapia preventivo puede tener para personas mayores están:
- Mejora la implicación de la persona en su entorno.
- Aumenta la autoestima.
- Favorece la participación activa a través de actividades.
- Estimula la activación física.
- Fomenta la expresión emocional.
Ya hemos tratado con anterioridad la importancia que tiene la alimentación a nivel general y, sobre todo, a medida que se van cumpliendo años. Y es que el llegar a la tercera edad viene asociado con numerosos cambios fisiológicos, como la pérdida de agua corporal o masa muscular, que pueden hacerse frente con una compensación de nutrientes adecuada.
Pero no sólo es cuestión de combatir los cambios del cuerpo, sino también suplir la disminución de los requerimientos energéticos que están asociados a la reducción de la práctica de ejercicio físico.
Todo ello ha hecho que la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB) haya elaborado una infografía y un decálogo1 para hacer hincapié en la importancia que tiene para la tercera edad seguir una dieta rica en nutrientes y fibra, variada y equilibrada que haga frente a los cambios explicados con anterioridad.
Esta dieta, según explican los profesionales de FIAB y del portal Inforalimenta, debe tener en cuenta que las personas mayores hacen menos ejercicio que los jóvenes o adultos y, por lo tanto, sus necesidades de ingesta energética diaria han de adaptarse a esta disminución. Por este motivo, recomiendan que se reduzcan las kilocalorías: en el caso de los varones adaptar el consumo diario entre 600 kcal y 1.900 kcal, mientras que en las mujeres el consumo ha de ser en torno a las1.500 kcal diarias.
Pero, atención, que con esto no se quiere decir que las personas mayores dejen de practicar actividades físicas, sino que deben adaptar su alimentación al nivel de ejercicio que hagan que, como se ha dicho, es menor que en otras etapas de la vida.
Asimismo, en la dieta no debe olvidarse de la hidratación, aspecto clave para todas las personas. De hecho, los expertos de Infoalimenta recuerdan que se debe beber entre 1,5 y 2 litros al día, como mínimo, independientemente de que se tenga o no sed.
Por último, el último elemento que debe incluir la dieta de los mayores son las vitaminas (como la B1 para la correcta función cerebral o la A, C y D) y minerales como el ácido fólico, el calcio, el hierro y el zinc.
1 Disponible en el portal Infoalimenta de la Fundación Alimentum
Que los videojuegos pueden tener efectos negativos para la salud de las personas, sobre todo para los jóvenes, cuando su uso es excesivo es algo que estudios nacionales e internacionales han explicado en numerosas ocasiones, ya que puede generar adicciones o dependencia.
Sin embargo, también se ha demostrado que un uso racional y con carácter terapéutico puede ser beneficioso a nivel cognitivo para sus usuarios.
En este último supuesto, se engloban varios estudios, como el realizado por la Universidad de California, que han revelado que los videojuegos pueden ayudar a las personas mayores no sólo a entretenerse, sino también mantener en forma algunas de sus capacidades físicas y mentales y, más en concreto, mejorar su capacidad de atención.
También se ha demostrado que los videojuegos pueden ayudar a las personas mayores a aumentar su capacidad visual, tratar la depresión o incrementar la motricidad o incluso, realizar ejercicio físico.
Todos estos efectos positivos demostrados han hecho que algunos centros para personas mayores hayan incluido el uso de videojuegos, smartphones y tablets en su oferta de actividades para sus residentes.
Para que esta actividad sea lo más beneficiosa posible para las personas mayores, profesionales del sector han explicado que, ante la gran oferta de videojuegos que existe actualmente en el mercado, hay que saber seleccionar cuáles son los más adecuados para personas con edad avanzada, ya que no todos son válidos.
Entre aquellos videojuegos que sí son recomendables para las personas mayores están:
1). Lógica: ayudan a razonar y a mantener despierto el cerebro (ej. videojuegos de rompecabezas, estrategia, problemas matemáticos, crear formas y figuras, calcular distancias, responder preguntas…).
2). Entrenamiento de la memoria: favorecen la capacidad de retentiva y los procesos cognitivos. (ej. Videojuegos de encontrar parejas de figuras, realizar cálculos o los puzles).
3). Ejercicio físico: Consisten en superar pruebas mediante ejercicios físicos o realizar actividades que requieren movimiento.
4). Observación: Dentro de este grupo se incluyen videojuegos que requieren agudeza visual y capacidad de concentración. (ej. videojuegos donde se tienen que identificar diferencias, descubrimiento de objetos, etc.).